2.2.15

¿¡Quién me mandó a mí a estudiar esto!?



La semana pasada iniciamos un nuevo espacio en el blog especialmente dedicado a opiniones personales sobre distintos temas; siendo mi turno esta semana y buscando un tema del cual poderles comentar, decidí compartir algunas palabras que escribí hace algún tiempo.

¡Sigue leyendo!


Texto por Andrea González


Como muchas carreras universitarias, hay momentos de muchas preguntas y la mayor de ellas es:
¿¡Quién me mandó a mí a estudiar esto!? Porque como olvidar esas madrugadas, donde la inspiración no se encontraba en ningún lado y lo único que podías ver en tu mente era una gran pared blanca. Hablando , obviamente, desde la perspectiva de lo que fue para mi estudiar arquitectura, esta pregunta me la hice muchísimas veces que no puedo ni siquiera contar con los dedos.

Comparar mis trabajos con mis compañeros era algo constante y como hemos dicho por aquí muchas veces: nunca deberíamos hacer esto (en serio no lo hagas). Sé que es algo difícil, pero el momento en el que empiezas a respetar, querer y entender lo que estas haciendo... la satisfacción es más que suficiente.

Porque en verdad es cierto algo: una cosa es lo que puedes ver y aprender en los salones de clases y otra totalmente diferente es lo que ves en la calle. Y es ahí, en ese momento que tienes que estar más claro que nunca: "ética" es la palabra que debes tener marcada en la frente. La arquitectura, es mi profesión y mi arte, camino que siempre va hacia arriba. Donde no solo pienso en un espacio, una forma o un color; sino también es lo que te hace sentir ese furor constante, de encontrar que este arte nunca dejará de sorprenderte y siempre estarás en un infinito aprendizaje.

Aún sin mucha experiencia, no puedo ver mi futuro sin ella.

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Hace 6 años, lo único que sabía de ti
era que estabas en las alturas, 
que tu forma de crecer era con ladrillos. 

Que lo máximo que te representaba 
era aquella gran torre en alguna ciudad de Europa. 
Me decepcione de mi poco conocimiento,
me asuste de lo que ponías al frente de mi cara, 
y por mucho que estabas, ahí te veía y no te entendía.

Hasta el momento en que aprendí: no solo a sentirte,
sino conocerte, donde mis hojas y mi lápiz
son tus guías en mis pensamientos,
donde estas en todo lo que me rodea, 
no eres un pared o una ventana, eres un espacio, 
eres un vacío, eres aquel árbol que me da sombra
y eres un caja que se llena de los más distintas personas y objetos.

Hace nada obtuve un título con tu nombre,
nunca he podido sintetizarte en una sola palabra,
buscar definirte puede llegar un noche eterna sin fin,
de esas que he vivido muchas veces para hacer algo mejor de ti. 

Eres un conocimiento eterno que crece con los días, 
pero nunca me llenare suficiente de ti, eres un arte y mi única arma de defensa;
muchos te faltan el respeto y no saben lo que representas
pero para mi y muchos,

Eres ese camino, lleno de piedras,
pero todas ellas las colocas en una gran bolsa y las llevas contigo
y allá en lo más alto escribes tu nombre: Arquitectura.

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¡mod.Arquitectura en las redes!


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