Descubrimos este movimiento durante nuestra participación en el taller "Las cajas y las cosas". El MuRAC tiene el fin de convertise en medio para promover la vida cultural y la vida pública, en donde, haciendo referencia a las famosas palabras de Mahoma, el museo va a las obras y se encuentra con ellas, creando un espacio para la interacción entre el arte, la calle y su gente en oposición a las convencionalidades de las élites del arte contemporáneo.
En nuestro caso, ¡fuimos al Jardín Botánico de Maracaibo a pocos días de su reapertura! Sigue leyendo para ver la génial fusión entre este Museo nómada y el jardín.
Texto y ediciones por Fabiana Parra. Fotografías por Andrea González.
La premisa del Museo Riojano de Arte Contemporáneo es muy sencilla, sólo necesitas tu cámara y una de estás calcomanías (o en su defecto, los recursos gráficos que se pueden encontrar en su sitio web), para llevar el arte a la calle y crear una nueva pieza para su colección libre.
En nuestro caso, nos alegramos de salir de la urbanidad de Maracaibo y apreciar las hectareas rehabilitadas. Recorrimos nuestro gran lienzo, en busca de los mejores detalles y haciendo una nota metal de volver para su reapertura.
El personal del Jardín Botánico de Maracaibo, muy amable en recibirnos e interesados en la realización de la actividad, nos recuerda tener en cuenta la ubicación temporal de la(s) calcomanía(s) para la preservación de las distintas especies de vegetación que retratabamos.
Buscando la cosidad de la cosa en el Jardín, reflexionamos que muchos en nuestra ciudad no tienen ni idea de que este espacio es y existe para ellos. Por ello, y gracias al MuRAC, y en su espiritu de artivisimo (vease, arte y activimo), hacemos vida y tomamos inspiración en uno de los pocos lugares que tiene catalogo de espacios públicos de nuestra ciudad.
Si quieres participar en el MuRAC, para más información puedes visitar su sitio web:
http://www.museomurac.com
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